La corrupción, los secretos, los impulsos y las intimidades que yacen bajo el mundo de las apariencias políticas son los elementos que se encontrarán a lo largo de estas páginas. Aquí se descifra el enigma de las ambiciones políticas. El lector o el espectador, poco a poco y a través de distintas perspectivas, le dará sentido a los acontecimientos de esta historia.

El autor sobre sí mismo: "Pau mi cuata y yo nacimos en 1977. No sentimos ni pensamos lo mismo: ella es ingeniera y guía Montessori y yo, un adolescente de, precisamente, actividades Montessori. Siendo novilleros en 1997, por casualidad unos alumnos de José Caballero nos invitaron a un amigo y a mí a colaborar en el teatro. Luego, no conseguí ser torero y en 2001 entré a la UNAM. Estrené mi primera obra en 2002 y al día de hoy no termino de estar seguro de si mi sitio está aquí, aunque también sea ello, quizá, lo que me motiva y lleva a creer que el teatro está precisamente en todo aquello que no es teatro. Agradezco todas las obras que hemos hecho, como "Taladro", con la que mi amigo Damián Cordero, sin método Montessori, me sacó a flote; "Lo que soñé ese día que me quedé dormido bajo el puente", de mi amigo Toño Zúñiga; "Por favor no mande riñones por correspondencia", que escribimos Richard Viqueira, Toño y yo y dirigió de forma suicida mi amigo Richard; "Cartografía especializada o Macbeth: ciudad insomnio", entre otras, puestas por mi amigo Jaime Camarena, que reabrieron mi posibilidad con la danza. Con mi amigo Guillermo Arreola, en su estudio, hicimos "Drenaje un paisaje", alucinante en mi memoria a la fecha, y luego, para una pieza de otro artista plástico, Javier Marín, nos sorprendió "Industrial". Con "Vengo del sur" tal vez he llegado a comprender que para mí el teatro es una duda inacabable.

Nota de Carlos Talancón